Rúa da Acibechería

Esta calle debe su nombre a que en ella se concentraron los talleres y tiendas de azabache, enigmática piedra negra deseada y adquirida por los peregrinos en forma de conchas, imágenes de Santiago, rosarios, higas, etc. Sigue conservando parte de esta tradición.

Mercaderes y cambiadores

La calle con la historia más abigarradamente jacobea de la ciudad. Esta vía no solo ofrecía y ofrece la emoción de la primera vista de las puertas de la catedral a los peregrinos del Camino Francés. Además les proponía todo tipo de servicios, ya que en la Edad Media estaba dedicada íntegramente a ellos.
Aquí se vendían emblemas y recuerdos jacobeos, elaborados principalmente en azabache, vestimentas y objetos en cuero –cinturones, sombreros, zurrones, etc.–; se fabricaba y cambiaba moneda extranjera; y se ofrecían y voceaban todo tipo de hospedajes.

Hospital de Jerusalén y los Armenios

También era una calle hospitalaria. El ejemplo se encuentra en la calleja de Jerusalén. Debe su nombre a que en ella funcionó el hospital de los peregrinos orientales, los más lejanos que recibía la catedral. Se situaba en el ángulo que forma esta vía con la propia Acibechería y en él se acogía a los devotos llegados de Palestina y Armenia, este segundo uno de los primeros países cristianos del mundo.
En su capilla se oficiaba misa en los ritos orientales, como el armenio. Perteneció a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y a la catedral. Se cree que perduró hasta comienzos del siglo XVI.